Sobre VR
En Vida de Reino, nos dedicamos a guiar a las personas hacia una vida plena y con propósito en Cristo. Fundada el 17 de agosto de 2022 por los pastores Alex David Morales y Viviana Ramírez, nuestra iglesia ha sido un espacio de transformación y crecimiento espiritual. Desde su juventud, Alex y Viviana han servido a Dios con pasión y compromiso, y desde su matrimonio en 2002, han trabajado juntos en el ministerio. Son padres de dos hijos: Nicole, de 15 años, y Sebastián, de 6.
Nuestros servicios principales se celebran los domingos a las 11:00 a.m., usualmente de manera virtual a través de la plataforma ZOOM, permitiendo a personas de diferentes lugares conectarse con nosotros. Además, una vez al mes, nos reunimos de forma presencial para compartir en comunidad y adorar juntos a Dios.
En Vida de Reino ofrecemos experiencias de sanidad interior, como el curso "Viviendo en Sanidad", y talleres de desarrollo personal, como "Una Vida Ideal". También contamos con una galería de videos con predicaciones y enseñanzas para quienes deseen profundizar en su fe y conocimiento bíblico.
Nuestro objetivo es acompañarte en el cumplimiento del propósito que Dios tiene para tu vida, brindándote herramientas y apoyo en cada etapa de tu camino espiritual. ¡Te invitamos a ser parte de nuestra comunidad y descubrir el amor y propósito de Dios para ti!
Somos una iglesia que comparte con excelencia el mensaje de las buenas nuevas del Reino de Dios para establecer su cultura de manera exitosa en la comunidad.
Nuestro Propósito
Ser conocidos como una iglesia saludable cuyo fundamento es la Palabra de Dios y que cumple con la Gran Comisión. Vivimos agradecidos por la obra comenzada por nuestro Señor Jesucristo. Valoramos sus enseñanzas que han pasado de generación en generación por fieles, a los que honramos continuando su legado.
Nuestra Visión
Nuestra Misión
Crear experiencias de transformación que conduzcan a las personas a conocer a Dios, experimentar su voluntad y cumplir con su propósito logrando vivir una Vida de Reino.
Rom. 12:2, Efe. 4:11-16
¿En qué creemos?
Escritura
Dios ha elegido, a lo largo de diferentes épocas y de diversas maneras, manifestarse y comunicar Su voluntad. Además, para la mejor preservación y propagación de la verdad y para un más seguro establecimiento y consuelo de la iglesia, también decidió poner por escrito, en forma completa, dicha revelación; lo cual hace que las Santas
Escrituras sean muy necesarias.
• Bajo el término "Santas Escrituras" o "Palabra de Dios escrita", encontramos todos los libros del Antiguo y el Nuevo Testamento. Estos libros, inspirados por el Espíritu Santo, son la guía de fe y conducta de todo cristiano. Estos libros son:
Del Antiguo Testamento
▪ El Pentateuco: Génesis, Éxodo, Levíticos, Números y Deuteronomio
▪ Los libros históricos: Josué, Jueces, Rut, 1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes, 1 y 2
Crónicas, Esdras, Nehemías y Ester
▪ Los libros poéticos: Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés y Cantares
▪ Los libros proféticos: Isaías, Jeremías, Lamentación, Ezequiel, Daniel,
Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonías,
Hageo, Zacarías y Malaquías
Del Nuevo Testamento
▪ El evangelio según: Mateo, Marcos, Lucas, Juan y los Hechos
▪ Las epístolas de Pablos a los: Romanos, 1 y 2 Corintios, Gálatas, Efesios,
Filipenses, Colosenses, 1 y 2 Tesalonicenses, 1 y 2 Timoteo, Tito y Filemón
▪ Las epístolas universales: Hebreos, Santiago, 1 y 2 Pedro, 1, 2 y 3 Juan,
Judas y Apocalipsis
Dios
Las Sagradas Escrituras revelan que existe eternamente un solo Dios en 3 personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Cada persona es plenamente Dios y solo hay un Dios.
• En cuanto al Padre todopoderoso, es el Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.
• En cuanto al Hijo es el Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los seres humanos, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, resucitó al tercer día, según las Escrituras, subió al cielo, está sentado a la derecha del Padre; de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.
• En cuanto al Espíritu Santo, Señor y dador de vida, procede del Padre y del Hijo, con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y habló por los profetas.
Creación
Según las Sagradas Escrituras agradó al Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, en un acto glorioso, creó todo de la nada, incluyendo el mundo y sus habitantes, y todas muy buenas.
• Después que Dios hubo hecho todas las demás criaturas, creó al ser humano, hombre y mujer (Adán y Eva), dotados de conocimiento, justicia y verdadera santidad, según Su propia imagen; teniendo la ley de Dios escrita en sus corazones y el poder para cumplirla; y, sin embargo, con la posibilidad de transgresión, siendo dejados a la libertad de su propia voluntad, la cual estaba sujeta a cambio.
• Nuestros primeros padres, siendo seducidos por la sutileza y tentación de Satanás, pecaron. Por este pecado cayeron de su rectitud original y de su comunión con Dios, y de esta manera quedaron muertos en el pecado.
• Siendo Adán y Eva la raíz de toda la raza humana, la culpa de este pecado fue imputada (atribuida a), y la misma muerte en el pecado y la naturaleza depravada fue transmitida a toda la posteridad descendiente de ellos.
• Por su caída, el ser humano se hizo incapaz de la vida, por lo que agradó a Dios por medio de Jesucristo, ofrecer gratuitamente la vida y la salvación a los pecadores, requiriéndoles fe en Él para que sean salvos, y prometiendo dar su Santo Espíritu, a fin de hacerlos dispuestos y capaces para creer.
Redención
Las Escrituras relatan que Dios eligió a Jesucristo verdadero Dios y verdadero hombre, como el Mediador entre Dios y los seres humanos, Profeta, Sacerdote y Rey, Cabeza y Salvador de su Iglesia, el Heredero de todas las cosas, y Juez del mundo. Jesús cumplió su misión a través de su vida, muerte y resurrección. Por su obediencia y sacrificio, satisface la justicia de Dios, reconciliando a la humanidad consigo mismo.
• El Señor Jesús asumió este oficio de muy buena voluntad; y para desempeñarlo quedó sujeto a la ley, y la cumplió perfectamente; padeció inmediatamente los más crueles tormentos en su alma y los más dolorosos sufrimientos en su cuerpo; fue crucificado y murió; fue sepultado y permaneció bajo el poder de la muerte pero no vio corrupción. Al tercer día se levantó de entre los muertos, con el mismo cuerpo en el que sufrió; con el cual también ascendió al cielo, y allí está sentado a la diestra de su Padre, haciendo intercesión; y al fin del mundo retornará para juzgar a los seres humanos y a los ángeles.
• El Señor Jesús, por su perfecta obediencia y sacrificio de sí mismo, el cual ofreció a Dios una sola vez por el Espíritu eterno, ha satisfecho completamente la justicia de su Padre; y compró para todos los que el Padre le había dado, no solo la reconciliación, sino también una herencia eterna en el reino de los cielos, cancelando completamente toda deuda y declarándolos hijos e hijas de Dios.
Iglesia
Dios elige y conserva para sí una comunidad elegida para la vida eterna y unida por la fe, que ama, sigue, aprende y adora a Dios juntos. Dios envía a esta comunidad a anunciar el evangelio y prefigurar el reino de Cristo por la calidad de su vida en común y su amor mutuo.
• La Iglesia católica o universal, la cual es invisible, consiste en el número total de los elegidos que han sido, son y serán reunidos en uno bajo Cristo, su cabeza; y es la esposa, el cuerpo, la plenitud de Aquel que lo llena todo en todo.
• La Iglesia visible, también es católica o universal (no está confinada a un país).
Consiste en todos aquellos, en todo el mundo, que profesan la verdadera religión.
La Iglesia es el reino del Señor Jesucristo, la casa y familia de Dios, fuera de la cual no hay posibilidad ordinaria de salvación.
• A esta Iglesia universal visible, Cristo le ha dado el ministerio, los oráculos y las ordenanzas de Dios (predicación, bautismo y santa cena), para la reunión y perfección de los santos en esta vida hasta el fin del mundo; y por su presencia y Espíritu, según su promesa, la hace eficaz para ello.
• Todos los santos que están unidos a Jesucristo, su Cabeza, por medio del Espíritu, y por medio de la fe, tienen comunión con Él en su gracia, sufrimiento, muerte, resurrección y gloria. Y estando unidos unos con otros en amor, tienen comunión unos con otros, en los dones y gracia, y están obligados al cumplimiento de tales deberes, públicos y privados, que conducen a su bien mutuo, tanto en el hombre interior como en el exterior.
• La orden del Señor a la Iglesia se resume en Mateo 22:37-40: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante:
Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la Ley y los Profetas.”
Fin de los tiempos
Este mundo caído actual no es todo lo que hay; pronto viviremos con Dios y lo disfrutaremos para siempre en el cielo nuevo y en la tierra nueva, donde seremos libres por completo y para siempre de todo pecado y habitaremos cuerpos renovados y resucitados en una creación renovada y restaurada.
• Dios ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia por medio de Jesucristo, a quien todo poder y juicio es dado por el Padre. En aquel día no solamente los ángeles serán juzgados, sino que de igual manera todas las personas que han vivido sobre la tierra se presentarán ante el tribunal de Cristo para dar cuenta de sus pensamientos, palabras y obras, y para recibir conforme a lo que hayan hecho mientras estaban en el cuerpo, sea bueno o malo.
[1] La Confesión de Fe de Westminster
[2] Credo Niceno-Constantinoplano
[3] La Confesión de Fe de Westminster
[4] La Confesión de Fe de Westminster
[5] Catecismo de la Nueva Ciudad y La Confesión de Fe de Westminster
[6] Catecismo de la Nueva Ciudad y La Confesión de Fe de Westminster